Me paro a observar mi vida como el que observa las olas del mar... por hacer algo.
Odio este sucio pasotismo que me presiona, en el que entro y salgo.
La trompeta de un pianista de jazz me confundió...
y le dije a un ciego que guiara mis pasos, y me perdió.
miércoles, 19 de agosto de 2009
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